jueves, 6 de diciembre de 2007

VIDA Y POLÍTICA: NO DEBEMOS SER AUTOCOMPLACIENTES

Bitácoras de vuelo (1).

Habitualmente en mis vuelos entre Santiago y Punta Arenas entro en el dilema clásico: como hacer más corto el viaje. Y las fórmulas – por suerte – son variadas, desde leer periódicos, algún libro reservado para tales ocasiones, dormir (más bien dormitar),… todo ello con el dulce matiz de la nunca bien ponderada “Cajita Feliz” con la que Lan nos permite “engañar” el hambre.. Igualmente “jugar” un rato con el “Notebook”, entre revisar documentos pendientes, explorar programas, editar fotos tomadas, etc., y finalmente, en esos días en los que la atmósfera está prístina y sin nubes, sacar la cámara fotográfica (siempre a mano), para tomar fotos de lugares tan emblemáticos como los campos de hielo norte y sur, monte Fitz Roy ya más al sur, los místicos cuernos de “Torres del Paine”. Y siempre, por cierto, especialmente en esos casos, con un buen MP3 escuchando clásicos de la música “new age”, como David Arkenstone, Kostia, Whalen, Kater, y varios más (no las musiquillas de meditación que nos tratan de vender en las disquerías como “new age”).

Detrás de estas variadas opciones, siempre están presentes las reflexiones en torno a los más profundos temas existenciales que pudieran cobijar nuestras mentes y espíritus. De entre estas cavilaciones, que transitan de lo pedestre a lo filosófico, hoy decidí aprovechar para escribir las que me tienen particularmente inquieto por estos días, y tratar de sumar otra entretención más. Y serán estas mis “Bitácoras de vuelo”,…que tal?,… al menos suena bien e invita a leer al menos ésta, aunque quizás sean una soberana “lata”.

Hoy por hoy, a propósito del “desarrollo sustentable” (no confundir con la sustentabilidad ambiental del desarrollo), estoy comenzando a convivir con un cuasi – eterno sentimiento de malestar y decepción frente al desgaste de la política, de los políticos y de nuestra sociedad, preguntándome como hacer para de una vez por todas traspasar el “umbral” del subdesarrollo al “desarrollo”. Desastres como el del “Transantiago”,… (terremoto técnico – político Grado 12 en escala Mercali o Richter – da igual - que conmociona al capitalino que lo vive en carne propia y a quienes somos de región - lo sufrimos en desmedro de otros temas que nos gustaría estuviesen sobre la mesa -), las “coimas”, la ineficiente gestión del gasto público, en fin, demasiados pendientes por “tiquear”. Si esto se lee muy pesimista, es que ando en esta fase.

Otros dirán que hemos avanzado en muchos planos, que los gobiernos de la Concertación lo han hecho bien en general, etc.: “Cierto”, pero lo malo no puede justificarse. Al revés, hay que revisarlo con “lupa” y después corregirlo con “cincel” de escultor. No queda otra, y en ese enfoque me encuentro. Y es que “no podemos ser autocomplacientes”. Tenemos la obligación moral de no serlo, tanto con nosotros mismos como con nuestra sociedad, y ver como podemos contribuir a mejorar la calidad de vida propia y de nuestro prójimo. Y ello pasa por explicitar nuestra opinión en los temas públicos, especialmente cuando íbamos como “avión” y de repente por alguna razón no podemos seguir ascendiendo para estabilizar en velocidad “crucero”. Tengo mis teorías, simples pero contundentes.

Las dos más esenciales: 1) no podemos seguir asociando el desarrollo sustentable solamente al enfoque de bienestar económico. Por el contrario, allí solamente tendremos eso. La velocidad y altura crucero de vuelo la encontraremos asociando al bienestar económico el necesario complemento del desarrollo educacional (especialmente en calidad) y a su equitativo acceso. 2) hemos dejado de lado, como sociedad, dimensiones espirituales y humanas que enriquecen nuestro “ser”. Un mejor “ser” es definitivamente parte del desarrollo. Se habla del ”fomento” a las artes y a la cultura”,…. Que triste, cuando las artes y la cultura nunca debieran haberse desatendendido. Solo así se explica una política de discriminación positiva: cuando hay que levantar algo caído. 3) Cambiar el paradigma colectivo de “calidad de vida”: la excesiva concentración en los aspectos económicos nos han llevado a minimalizar las metas: mejorar estándares socio culturales en forma equitativa a lo largo de nuestro país

Y esto lo asocio también a como la “gestión del cambio” adquiere ribetes globales para enfrentar también problemas ambientales globales: los paradigmas clásicos del desarrollo nos han llevado, por ejemplo, a un peligroso desequilibrio climático y ambiental. Recién en Bali se discute un nuevo protocolo sobre cambio climático, con otras metas y otras estrategias,…. Parece que antes no creíamos mucho que éste era el escenario,… pero la cruda realidad empírica ha demostrado, desde Kyoto, que los cambios no solo vendrán, sino que ya llegaron,… y los científicos ya están contestes. Pero hoy por hoy, son los líderes políticos quienes “tienen la pelota” (el balón, para mis amigos latinoamericanos que siguen estas letras), no solo en la toma real de decisiones, para con crudeza y rigor asumir este escenario y actuar en consecuencia,… y de allí traspasarnos a todos las cuotas de contribución que nos corresponden, incluyendo a los empresarios. Hasta acá dejo esta notas porque el aterrizaje es inminente,…mucho paño que cortar,… y la curiosidad me moverá a indagar que piensan algunas autoridades públicas y privadas,…. Y comprobar si también piensan que “no debemos ser autocomplacientes”.
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En vuelo hacia el fin del mundo
Sergio Praus
Editor

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